Aplicación y características: |
El programa Y tú, ¿qué sientes? consiste en el tratamiento de aspectos emocionales de las personas a través de soportes (textos, imágenes, canciones, películas, etc.), de manera que permitan el análisis y la reflexión sobre esos aspectos sin tener que poner en juego las propias emociones y las del alumnado. Se trata de hablar de la euforia, del amor, de la ira o del tedio; de sus matices, de sus componentes, de sus circunstancias, de sus posibilidades de manejo, sin tener que comprometer la seguridad emocional de quien participa.
La clave sobre la que se apoya la metodología de Y tú, ¿qué sientes? es precisamente que la aproximación intelectual a las emociones se realiza a través de otros. Las esculturas, las fotografías, las escenas teatrales, las secuencias cinematográficas, los poemas o los fragmentos de novelas, representan a personas que sienten, que viven o muestran determinadas emociones.
Al respecto de cuáles son las emociones y sentimientos que se tratan a través del programa Y tú, ¿qué sientes? no es necesario explicar que en ningún caso se ha procedido con ánimo exhaustivo, lo que sería prácticamente imposible. Para entender la selección llevada a cabo hay que tener en cuenta dos ideas: la agrupación de emociones en redes o constelaciones y la relevancia para los destinatarios.
Las emociones no suelen aparecer solas. Aunque a veces sintamos sólo ira, sólo apatía, sólo tristeza o sólo miedo, las circunstancias, los hechos y la interacción de nuestro cerebro con esos elementos producen conjuntos de emociones.
Al respecto de la relevancia que puedan tener unos u otros estados emocionales para el público destinatario conviene hacer tres matizaciones.
En primer lugar hay emociones o sentimientos que tienen una importancia especial en la adolescencia. Bien porque son propios del momento evolutivo (personal, social y, por supuesto, emocional) en el que se encuentran, bien porque la adolescencia es un momento crucial en la definición, conceptualización y asunción de esas emociones para el futuro. Es el caso del enamoramiento o de la diversión, los adolescentes comienzan a enamorarse y a ser conscientes de que se enamoran precisamente ahora; o en el caso de la diversión, los adolescentes están aprendiendo a divertirse o aburrirse en su vida, y eso va a ser importante más tarde.
En segundo lugar las condiciones objetivas, el momento social y cultural que se vive actualmente en torno a la adolescencia son claves para la elección de unas u otras emociones para ser analizadas. Por esta razón aparece la intolerancia y la violencia, el miedo o la sumisión, como elementos emocionales importantes.
En tercer lugar es necesario recalcar que para el tratamiento de alguno de los aspectos emocionales se ha utilizado la lógica de la dicotomía de manera que realmente se están poniendo en juego dos estados emocionales aparentemente opuestos y realmente complementarios. Esto ocurre en el caso del amor y el desamor, o del “buen rollo” y el “mal rollo”.
Los cuatro ámbitos emocionales que han sido seleccionados para el programa Y tú, ¿qué sientes? son:
- El amor y el desamor
- El aburrimiento y la diversión
- El “buen rollo” y el “mal rollo”
- La violencia y el respeto
En la actualidad, la FAD en colaboración con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y Plataforma de Infancia de España, organiza el Concurso Y tú, ¿qué? en las siguientes Comunidades Autónomas: Andalucía, Cantabria, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla León (con alcance estatal a partir del año 2014). Grupos de jóvenes, guiados por un adulto (Guía), pueden presentarse en alguna de las convocatorias que se abren en los meses de febrero y septiembre.
El concurso consiste en reflejar el trabajo realizado a partir de los dossieres a través de la presentación de sus reflexiones en un blog (habilitado para ellos en Internet) o la realización de algún tipo de producción (relato, vídeo, escultura, etc.). Ver bases en https://www.cibercorresponsales.org/pages/concurso-y-tu-que-bases
Los trabajos presentados, o las reflexiones reflejadas a través de los blogs tienen que girar en torno al trabajo realizado con el programa (sobre uno o varios temas).
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El programa está respaldado por una Institución de importante solvencia en el ámbito de la prevención del uso de drogas y sus consecuencias, sin embargo, en su versión actual cuenta con importantes limitaciones que deberían ser subsanadas.
Por una parte, se echa en falta la vinculación con un modelo teórico que fundamente de manera sólida la conexión entre los contenidos del programa y el fin último que se supone que debiera perseguir: la reducción del uso de drogas o de alguno de los factores de riesgo que incrementan la probabilidad de esta conducta.
En segundo lugar, se requiere una evaluación exhaustiva de proceso con el fin de revisar los contenidos del programa y de conocer hasta que punto se está aplicando de acuerdo con unos mínimos criterios de calidad.
Por último, y no menos importante, hasta la fecha de esta revisión, el programa no cuenta con ningún dato que avale la eficacia potencial de su aplicación a la hora de conseguir alguno de los objetivos antes mencionados, por lo que es imprescindible realizar evaluaciones de resultado de acuerdo a los requisitos mínimos científicos exigibles.
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